domingo, 3 de agosto de 2008

NACIDO EN JUNIO.



Para mi nieto Arturo.

Ha de llegar el aire
en el manantial del tiempo
y en los brazos de agua de la fuente
los mármoles formaran como soldados
ante la inevitable batalla.

La sonrisa en los labios y en los brazos
ese calor del que mana la luz,
universos de victoria en transito hacia la vida.

Espacio y cima desfilando sobre un cantar de pájaro
y en perpetua adoración el viento
se difunde en un rumor, soplo total que palpita
como el viento en las distancias,
caricia de trigo que activa silba la alegría que crece
entre las mieses.

Claridad latente nacida en altitud sobre el nivel del día,
paz en la tarde, redonda, compacta, se respira,
se despejan los ojos y la lluvia desciende a raudales
con alegría concentrada en Junio.

Horizontes azules estallan sobre un redondel
y una aureola hermosa que gravita con ardor de ola
profundizándose en su dicha,
plenarios para la vida que esta aquí ya
y que siento tan mía.

Felicidad, gozo derrochando presente,
realidad que se consuma mientras desciende
glorioso un ardoroso cielo que en su impulso vital
de felicidad nos rocía.


Carmen

ULTRAJAME

Poema que su día fue merecedor
de homenaje.

No utilizaré esa lanza,
prefiero morir
y desparramar mi sangre sobre tu arena
con la espada de la mente.

No quiero ayuda de gaviota
ni cubrir mi cuerpo con bandera alguna,
quiero parir libremente a mis hijos con amor,
no violentamente.

No me preocupan los bienes materiales
que desarraigan el corazón y me lanzan a luchas fieras.

No quiero esa flecha ciega,
inevitable e impregnada de deseo,
inaccesible causa de altiva insolencia.

Ultrájame,
no discutiré contigo,
yo soy quien sufre, quien soporta tus mandatos,
pero déjame inmaculada.

No suicides las palabras,
destiérrame, sepulta este ímpetu glorioso,
pero honra la tierra al amanecer y trátala como a tu amante,
no como a tu esclava, pelea de tu a tu con el sol
y deja que trinen los pájaros.

Recuerda esos besos sobre el tálamo nupcial,
no reprimas el miedo y adéntrate en él,
escucha su arrullo y ese ir y venir de las olas en el ocaso
y en este anochecer extiende tu silencio sobre las rocas.

Descansa hasta que ellos despierten de nuevo
para volar otra vez,
sobre el blanco lecho de mis playas…


Carmen 2.6.08