jueves, 7 de agosto de 2008

un poema de Alos Benhagali

Los naranjos rodean una casa que encierra un libro
donde leo casi todo tu don
La tarde guarda una rosa que encierra un dolor
donde lees casi todo sin mi

Una sombra anaranjada morosa crece por la tapia
hacia el lugar donde espero
Una mano pesada y silenciosa espanta las moscas
hacia el rincón donde estuve

Qué amplia es en su lentitud la herida del verano
- no me dijo aquella qué volviese adentro?

Hice un tapiz
Hicimos una tapia. taparon
el tapiz con la tapia.

No es casualidad que la niña se ahogara
detrás de los naranjos, entre las transparentes
aguas. Atrapada en la belleza
se hundió
sin decir palabra.


(Perfeccione lo inútil a lo inútil)