martes, 26 de febrero de 2008

A DAVID CROCKETT



y dale
yo moriría defendiendo un roble un castaño un arbusto de boj
-decía Crockett bajo un brillo apagado o un resplandor pálido-
maté un oso con tres años y escapé de su memoria el resto de mi vida
no sé defenderme del delirio ni de ánimas freáticas de capilares olvidos
- decía Crockett con su fusil de avancarga a la espalda-
y olía la pólvora que tiñó de negro sus dedos un poco el corazón
los pájaros de mis sueños no necesitan más ni yo más sombra
-decía Crockett bajo un fuerte álamo con dos ramas repletas de nidos-

Julio