—¿Por qué escribe, Sra. Ortega? ¿Qué es lo que le
impulsa a escribir? —le preguntó con reverencia, mientras
ella sacaba la estilográfica de su chaqueta.
La escritora, de unos sesenta años, baja estatura,
posible premio Nóbel más que doscientas páginas de
pelo encrespado, un rostro lleno de arrugas que acentuaban
sus rasgos pocos agraciados y, en general, aspecto
de afable tendera, lo miró de arriba abajo y, después
de ver la ajustada camiseta que marcaba sus músculos
pectorales, la brillante cabellera negra que caía sobre
sus hombros, y el desgastado pantalón vaquero, ciñéndose
tentador a su entrepierna, le contestó con voz
seductora:
—Porque soy una mujer fea, y porque sólo en
aquello que escribo maravillosos seres como usted aca-ban
durmiendo en mis brazos.
Él sonrió forzadamente, no sabiendo si sentirse
halagado por la inútil insinuación de la célebre novelista
o decepcionado por esa respuesta tan poco trascenden-tal
que, por otra parte, jamás imaginó para su pregunta.
—¿Cómo se llama? —preguntó la mujer, tomando
el libro con indiferencia. Conocía esa sonrisa. Ya la
había visto en otras bocas. Era sincera de puro falsa y
siempre significaba lo mismo—. Disculpe, pero es que
tengo un poco de prisa —añadió al ver que el joven no
contestaba, y señaló con la pluma la puerta del servicio.
—Ah, sí. Gustavo... Gustavo Peñalver —dijo con
cara de circunstancias.
Ella agachó la cabeza y comenzó a escribir. Más
tarde, al devolverle el libro, dijo con cierta maldad:
tarde, al devolverle el libro, dijo con cierta maldad:
—Que usted lo disfrute.
Desconcertado, pero confirmando sin querer el
oscuro porvenir de la escritora con el género masculino,
regresó con la chica de ojos verdes que lo esperaba
junto a la mesa de las bebidas, no llevándose de aquella
posible premio Nóbel más que doscientas páginas de
literatura.
"Hay que ser feo para escribir —le había puesto en
la dedicatoria—. O feo, o estar enfermo de algo.
Desconfíe de los escritores guapos. Porque no existen.
(Ni siquiera lo son los más bellos.)"
.
Rafael Camarasa
Ediciones Denes
Premio Alhóndiga de Narrativa Breve
XVII Premios Otoño Villa de Chiva
Edición 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario