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Soneto votivo
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IV
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¿Pero cómo decierte el más sagrado
de mis deseos, del que menos dudo;
cómo, si nunca nombre alguno pudo
decirlo sin mentira o sin pecado?
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Este anhelo de ti feroz y honrado,
puro y fanático, amoroso y rudo,
¿cómo decírtelo sino desnudo,
y tú desnuda, y sobre ti tumbado,
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y haciéndote gemir con quejas tiernas
hasta que el celo en ti también se yerga,
único idioma que jamás engaña;
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y suavemente abriéndote las piernas
con la lengua de fuego de la verga
profundamente hablándote en la entraña?
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Tomás Segovia
3 comentarios:
Qué grande. Lo bien dicho, lo innegable, la precisión y el tono al rojo vivo.
Tomás Segovia tiene don.
Un beset, Ana,
Víktor
Espléndido soneto del mexicano-español Segovia. Gracias.
En breve salen sus sonetos votivos completos de la mano de mi amigo Javier Gil. Lo avisaré en blogs. Son muy buenos.
Un abrazo, Angel, y gracias por tu lectura.
Viktor
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